EL EFECTO MARIPOSA.
El sábado por la tarde venía de los Scout de caminar 8 km. Estaba muy cansada, por lo que decidí prepararme un baño relajante. Estaba llenando la bañera, cuando sonó el teléfono. Bajé como un rayo para ver quién era. Era una compañera mía que quería que dictara los deberes, encendí el ordenador y me puse en la web del cole para decirle los deberes. Se me olvidó por completo la bañera que seguía llenándose y llenándose. Después de decirle los deberes a mi compañera me puse a escuchar música con los cascos puestos. Mientras tanto,el baño inundándose y mi habitación también. De repente noté que me caían gotas en el ordenador, del techo, miré hacia arriba y me encontré un pedazo de manchurrón en todo el techo, en ese momento me acordé de que tenía la bañera llenándose. subí rápidamente y, con el agua por las rodillas, cerré el grifo. Después escuché un ruido bien grande de que algo se caía abajo. Bajé y encontré al ordenador aplastado por el techo mojado de no soportar tanto peso de agua.
Ese día no sólo me regañó mi madre, sino que también me quedé sin ordenador, con el techo roto, gasté mucha agua caliente, y lo peor: ¡me quedé sin baño relajante!
Carmen Gijón
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